Entre el campo y la góndola los productos cuestan 5,9 veces más

Naranja: Al productor le pagan 4 pesos en promedio y en la góndola cuesta 25. La diferencia es de 6,26 veces más para el consumidor y representa un 525% más.

En promedio, desde el campo a la góndola, el precio de 20 productos aumentó en abril 5,9 veces. Para poder llegar a esa síntesis, un informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) utilizó datos aportados desde Entre Ríos y de otras provincias del país. Pese a medidas anunciadas a nivel nacional para favorecer a las economías regionales, las diferencias entre lo que se le paga al productor por algunas frutas y verduras, y lo que abona el consumidor encuentra explicaciones en la logísticas y en el transporte, pero también en especulación y en abusos de intermediarios.

El Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) comenzó a realizarse en agosto por CAME como una herramienta para conocer las diferencias en el precio que se pagan por algunos productos alimentarios en el campo y en el mercado de consumo. Así, la diferencia indica la cantidad de veces que aumenta el costo del producto al comercializarse en góndola. Se trata de 20 los alimentos medidos  y de esa canasta, en abril, volvió a empeorar la brecha con respecto al mes anterior en un 5,4%.

El precio promedio de los productos agrícolas del mes anterior se multiplicó 5,9 veces desde que salieron del campo hasta que llegan al consumidor y esto reflejó las distorsiones que se encadenan en los valores de esas elaboraciones en todo el recorrido logístico.

Como es sabido, desde que un alimento sale de la planta hasta que reposa en la góndola, ocurre un conjunto de distorsiones que suelen multiplicar por varias veces el valor de origen de muchos alimentos. En el informe, según CAME, apuntaron a la especulación y al abuso de intermediarios.

Los productos con mayores brechas en abril fueron la manzana roja, con una diferencia de 11,7 veces; la pera con una diferencia de 11,21 veces; la naranja con una diferencia de 8,17;  el arroz con el 7,78, la calabaza con el 7,46; y la cebolla con una desproporción de 6,99 veces desde lo que le pagaron al productor a lo que cualquier entrerriano compra en una verdulería o supermercado.

Por el contrario, los productos donde menos se multiplicaron los precios, según CAME, fueron: el pimiento rojo con una desigualdad de 2,7 veces, la frutilla con el 3,1, el tomate con el 3,37 y el aceite de oliva con un aumento de 3,39 veces.

De los 20 alimentos agrícolas que integran la canasta de abril, en 10 aumentó el precio de origen, en 14 aumentó el precio de destino y en ocho mejoró la brecha entre ambos valores. En abril mejoraron algunos precios al productor en una amplia cantidad de elaboración. El aumento más importante ocurrió en la frutilla, donde el agricultor recibió 196% más que en marzo por el kilogramo de su cosecha. De todos modos ese  incremento responde a la estacionalidad del fruto ya que no es temporada y por lo tanto el costo de manufactura sube y al mismo tiempo, incidieron las intensas lluvias. Los precios al consumidor de frutilla subieron un 16% y eso derivó en que la brecha de precios de origen y destino haya descendido a 3,1 veces desde el 7,92 alcanzado en marzo.

Otros productos donde se mejoraron los pagos a los agricultores en abril fueron en el pimiento rojo con un alza de 78,9% al productor, pero  un aumento de 35,6% en el precio al consumidor. La disparidad se redujo a 2,7 veces cuando en marzo fue del 3,6. Con respecto a la papa, esta tuvo una suba promedio para el productor de 41,3% y el importe minorista se incrementó 7,3%, hecho que derivó  en una leve reducción de la brecha a 3,63. La naranja y la acelga también sufrieron cambios por las condiciones climáticas y la época del año con brechas que se achicaron algunos números.

Según el informe, entre los productos con mayor deterioro en la brecha fueron: la mandarina dónde el margen creció cinco veces desde marzo y la lechuga con un incremento en la asimetría de 3,07 veces.

Entre los datos que aportó CAME, cuando se agrupan los productos por origen, se observa que las mayores distorsiones en la cadena ocurrieron en abril en los componentes de origen vegetal y destacó: “Mientras el IPOD que agrupa a 20 alimentos de ese género alcanzó una desigualdad de 5,9 puntos en abril, el IPOD que aglutina cuatro productos animales (huevo, carne de pollo, carne de ternera y leche) se ubicó en 3,7, mostrando incluso una leve caída en relación al valor alcanzado por el IPOD ganadero en marzo pasado de 3,8”.

En varias oportunidades fueron anunciadas medias para diversas economías regionales, pero al juzgar por los números aportados, quienes más se ven perjudicados son los extremos de la cadena: el productor que recibe poco por su trabajo y el consumidor que debe pagar hasta seis veces más en promedio. Cierto es que abril tampoco fue un buen mes en comparación con marzo y crecieron las brechas de aquellos alimentos desde que son elaborados hasta que alguien va y los compra en el supermercado.

Deformaciones dispares según región y comercio

El relevamiento para elaborar el índice de abril fue realizado por CAME en la segunda quincena de ese mes, con una cobertura geográfica nacional que incluyó, además de Entre Ríos, a Ciudad de Buenos Aires, Provincia de Buenos Aires, Corrientes, Córdoba, Santa Fe, Mendoza, Salta, San Juan y Santa Cruz.

Frente a los precios expuestos en el informe, pueden darse algunas diferencias y variaciones ya que además de representar un promedio, son del mes pasado.

La medición abarcó precios de las principales cadenas de hipermercados, importes de comercios minoristas seleccionados por barrios y precios del Mercado Central de Buenos Aires. Incluyeron también a los Precios Cuidados cuando los productos relevados lo tuvieran.

Las deformaciones de precio son muy dispares según el producto, la región y tipo de comercio, pero en general, suele estar determinada no sólo por los costos de manufactura, almacenamiento o transporte, sino por comportamientos especulativos de muchos actores del mercado. Hay productos de estación en determinados meses del año y eso altera las mediciones, hay otros donde el traslado de una región a otra incrementa sus costos. Pero las disparidades de precios en la Argentina supera esos factores detectándose problemas estructurales y comportamientos especulativos que explican por qué lo que paga el consumidor multiplica en tantas veces el costo  en el campo del producto. La evolución irracional que muchas veces tienen los precios se explica por varias causas: los altos gastos de fletes y logística, la elevada carga fiscal, abusos de muchos intermediarios y hasta especulaciones y oligopolios en la oferta en el eslabón comercial que generan abultados márgenes.

Manzana: Al productor le pagan 2,5 pesos por kilogramo y en las verdulerías cuesta 29,2. Es una de las frutas con mayor diferencias: 11,69 veces más cara al consumidor, el 1.067% más.
Manzana: Al productor le pagan 2,5 pesos por kilogramo y en las verdulerías cuesta 29,2. Es una de las frutas con mayor diferencias: 11,69 veces más cara al consumidor, el 1.067% más.

 

Tomate: Al productor le pagan el kilogramo de tomates peritas 7,69 pesos, pero en las góndolas del supermercado cuesta 25,9. La diferencia es de 3,37 veces, un 236% más caro.
Tomate: Al productor le pagan el kilogramo de tomates peritas 7,69 pesos, pero en las góndolas del supermercado cuesta 25,9. La diferencia es de 3,37 veces, un 236% más caro.

 

Papa: Con la papa ocurre similar a otras producciones. Al productor le pagan 2,83 pesos el kilogramo pero al consumidor le cuesta 10,30. La diferencia es de 3,63 veces, el 263% más.
Papa: Con la papa ocurre similar a otras producciones. Al productor le pagan 2,83 pesos el kilogramo pero al consumidor le cuesta 10,30. La diferencia es de 3,63 veces, el 263% más.

 

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Lechuga: A quien tiene quintas le pagan 6,25 pesos el kilogramo. Ha variedad, esto es solo un promedio, pero en general llega a las góndolas a 37,5, seis veces más cara, un 500% de diferencia.

 

Fuente: Diario Uno