«Los organismos financieros deben trabajar por la no sumisión asfixiante a sistemas crediticios que someten a la población a pobreza, exclusión y dependencia”

El papa Francisco dejó inaugurada hoy la 70º Asamblea General de la ONU con un llamado a limitar «todo tipo de abuso y usura» por parte de grupos financieros, alertó sobre la «sumisión asfixiante» ejercida por los sistemas crediticios contra los países en desarrollo, al tiempo que dijo uno de los versos más famosos del poema gauchesco argentino Martín Fierro, donde incita a que «los hermanos sean unidos, porque esa es la ley primera…».

El discurso del Papa, interrumpido 25 veces por los aplausos del auditorio y ovacionado de pie al final, se caracterizó por sus numerosas alusiones a la necesidad de promover mayor equidad y velar por el desarrollo sostenible de los países, al considerar que las medidas implementadas en esa dirección ayudarán «a limitar todo tipo de abuso o usura, sobre todo con los países en vías de desarrollo».

En ese sentido, destacó a la exclusión económica y social como «la negación de la fraternidad humana y un gravísimo atentado a los derechos humanos y al ambiente» y pidió «acciones urgentes y efectivas» contra la pobreza.

«No bastan los compromisos asumidos solemnemente. El mundo reclama a todos los gobernantes una voluntad efectiva, práctica y constante, de pasos concretos e inmediatos», advirtió.

Francisco se convirtió así en el primer Papa en abrir una asamblea general del organismo con sede en Nueva York, en una ceremonia en la que Ban Ki Moon, el secretario general de la organización, lo definió ante los líderes mundiales como «un hombre humilde».

«Usted pretende cada día incluir a los excluidos, está cómodo entre los humildes, no en las fotos oficiales sino en las selfies con los jóvenes», afirmo Moon.

El máximo líder de la Iglesia Católica habló también de la necesidad de cumplir con una «mínima base material y espiritual para ejercer la dignidad», en una referencia concreta a la necesidad de ampliar el acceso a la «vivienda propia, el trabajo digno y debidamente remunerado, alimentación adecuada y agua potable».

Fuente: Télam