La ex presidenta Cristina Kirchner advirtió este miércoles en su primer discurso público tras su salida del Ejecutivo nacional que la pueden citar a declaración indagatoria «20 veces más» y hasta meterla «presa», pero no hacerla «callar».
En su exposición ante unos 200.000 militantes kirchneristas que llegaron desde distintos puntos del país hasta los tribunales de Comodoro Py, en el barrio porteño de Retiro, la ex jefa de Estado aseveró: «Me pueden citar 20 veces más, me pueden meter presa, pero lo que no pueden hacer es hacerme callar».
Ante una multitud que no dejó de cantar y aplaudirla, dijo que es «perseguida», embistió contra el Poder Judicial y se mostró «segura que si pudieran prohibir la letra k del abecedario lo harían».
En el acto, en el que no faltaron las corridas y empujones entre militantes y las fuerzas de seguridad, la ex mandataria señaló «que si pudieran prohibir la letra k del abecedario lo harían».
Cristina acusó al juez federal Claudio Bonadio de actuar a través de un «ejercicio abusivo del poder» y afirmó que su citación es una maniobra del gobierno nacional con ayuda del Poder Judicial para «plantar» una causa penal y dejarla detenida.
«Esta hipótesis de asociación ilícita, construida capciosamente por el magistrado, es otra muestra de la arbitrariedad con que ha procedido y revela además la intención del Gobierno con la colaboración imprescindible del Poder Judicial de ‘plantar’, a quien suscribe, una causa penal que me prive de la libertad», sostuvo en el escrito que entregó en el juzgado y subió de inmediato a su página en la red social Facebook.
El escrito se publicó apenas se inició la indagatoria en el despacho de Bonadio, a la que asistía la ex presidenta junto a su abogado Carlos Beraldi y también el fiscal del caso Eduardo Taiano.
«Como ya lo he dicho públicamente y reitero una vez más: no les tengo miedo. Afrontaré este proceso y cualquier otro que quieran fabricarme. Fue decisión explicitada públicamente no tener fueros que me hubieran colocado en una posición de privilegio en relación a la de cualquier otro ciudadano. La igualdad nunca fue, para mí, un recurso retórico», agregó Cristina.
La ex mandataria afirmó que Hipólito Yrigoyen, así como Juan y Eva Perón fueron «perseguidos» y acusados de «hechos de corrupción». También destacó que tras la dictadura militar dirigentes fueron encarcelados y se creó la Comisión Nacional de Responsabilidad Patrimonial (Conarepa) para analizar el patrimonio de dirigentes y ex funcionarios.
Frente a los militantes Cristina Kirchner dijo que esos procesos «moralizadores» en realidad «venían por los derechos y las conquistas que habían logrado millones de argentinos que habían mejorado su vida».
En el escrito advirtió que su convocatoria a declarar como acusada es un acto de «prevaricato», delito que pena al juez que dicte resoluciones contrarias a la ley, hizo un repaso de hechos políticos y económicos que rodearon la denuncia y negó todos los cargos.
La ex presidenta adelantó su decisión de denunciar a Bonadio porque «la resolución dictada» al citar a declarar como imputada «resulta contraria a la ley y fundada en hechos absolutamente falsos, así quedará acreditado en la esfera judicial competente».
«Sólo a través de un ejercicio abusivo del poder jurisdiccional esta causa pudo ser llevada adelante», continuó la ex presidenta en un escrito de tono político, con referencias a los Panamá Papers y a la devaluación del gobierno de Mauricio Macri.
Además criticó la hipótesis de asociación ilícita esbozada en la acusación. «Se habla de la existencia de un grupo de funcionarios que, de manera organizada, sistemática y concertada, llevamos a cabo acciones de carácter político, técnico y administrativo con supuestos propósitos delictivos, que no fue ni denunciado por los Legisladores oficialistas ni requerido por el Fiscal», sostuvo.
En lo referido al cargo concreto en su contra por la operación de venta de futuro de dólares consignó que «no produjo en el Banco Central, tal como lo reflejan sus balances, pérdida alguna y sólo puede hablarse de efectos disvaliosos a partir exclusivamente de las decisiones que tomaron las actuales autoridades al devaluar y que fueran convalidadas por el Juez de la causa».
«La fuerza de los hechos es contundente. Primero dieron inicio a esta causa mediante una falsa denuncia que el Juez rápidamente instruyó. Dos días antes de la segunda vuelta de las elecciones nacionales, llevaron a cabo un allanamiento en el BCRA con el propósito de originar una corrida bancaria para forzar la devaluación y no lo lograron», agregó. Y consideró que después de las elecciones «en contra de lo que públicamente siempre sostuvieron, presionaron con esta causa, y de otras maneras, para obtener la renuncia del Presidente del BCRA, borrando con el codo la independencia que debe tener el BCRA sobre la que escribieran y dijeran en múltiples conferencias y sets de televisión».
Y «una vez designadas las nuevas autoridades del ente rector, llevaron a cabo una devaluación de la moneda que, como se vio, produjo efectos devastadores sobre la economía».
«Por último y nuevamente con la complicidad judicial, avanzaron con esta causa imputando falsamente a personas inocentes la comisión de delitos, los cuales de haber existido, resultarían exclusiva responsabilidad de las actuales autoridades», agregó en lo que calificó fue «una corrida judicial».
«Pretenden colocarnos ante la opinión pública como culpables de los efectos de las medidas y decisiones que ellos adoptaron», criticó.
Y aludió al macrismo como al «Gobierno de las excusas -como todo en la vida. tiene un límite: la responsabilidad de los propios actos y el juicio inevitable de la historia».
La ruta del dinero M
En una parte de su discurso la ex presidenta hizo referencia hoy a la aparición de sociedades offshore de funcionarios del oficialismo y señaló que «se pasaban buscando la ruta del dinero K y se encontraron con la ruta del dinero M». «Se pasaban buscando la ruta del dinero K y se encontraron con la ruta del dinero M».
Además, indicó: «¿se imaginan si hubieran descubierto sociedades y cuentas offshore a nombre mío, a nombre de mi ministro de Economía o intendentes de una populosa ciudad; de mi hermana, mi madre, mi padre?» demandó.
Sobre el gobierno de Cambiemos señaló que «nunca» vio que se produjeran «tantas calamidades en 120 días». Y reclamó al Congreso que actúe para «corregir» situaciones y controlar al Ejecutivo. «Hay ideas y políticas que corregir y me parece que el Congreso de la Nación, el Parlamento, por convicción, por compromiso sus dirigentes tienen la obligación de hacer esas correcciones para que la gente vuelva a ser feliz», enfatizó.
Frente Ciudadano
A lo largo de su extenso discurso, Cristina convocó a la conformación de «un gran frente ciudadano» que llame a sectores que votaron por el oficialismo y por la oposición y se les «pregunte» a las personas si les está yendo mejor o peor que antes» de la asunción de Maucricio Macri como jefe de Estado.
En ese sentido, planteó «una gran jornada de reflexión nacional, que durante 24 horas la gente apague la televisión, la radio ni lea los diarios, un domingo en familia» y que allí «cada uno introspectivamente junto a su madre, su novio, su compañera, sus hijos, sus nietos piense cómo estaba antes del 10 de diciembre, cómo vivió los últimos doce años qué cosas obtuvo y logró los últimos doce años».
A su vez pidió «libertad para volver a crecer, a volver a trabajar, para que cuando vaya a hacer una compra no sea una tortura; libertad para todos aquellos compatriotas que necesitan volver a creer que el gobierno los cuida y no que los maltrata: necesitamos que los vuelvan a cuidar a los argentinos, los argentinos se merecen ser cuidados».
«Yo respeto a la voluntad popular, pido también que quienes tienen responsabilidad de gobierno respeten la voluntad popular a la que se comprometieron cuando prometieron que todos iban a vivir un poco mejor e iban a ser más felices», enfatizó.
Por otra parte, consideró que se dan «situaciones regionales se replican con todos los gobiernos populares de américa del sur que permitieron mejorar la vida de millones y millones de sudamericanos».
«Esto no es una cuestión que nace aquí en Argentina, esto es una matriz comunicacional, política y judicial que se extiende en toda la región para identificar a los proyectos nacionales y populares con la corrupción de modo tal que luego vienen los moralizadores que te dejan sin nada pero para cuando esto terminó ya no te acordás», enfatizó.
Fuente: Télam