Muricio Macri recibió ayer de los argentinos el mandato de gobernar el país por los próximos cuatro años al revertir el resultado de la primera vuelta y vencer a Daniel Scioli en el balotaje.
En gran parte, el triunfo de Macri, quien sucederá a Cristina Fernández, se cimentó en Córdoba, donde obtuvo una diferencia que al final resultó clave para consolidar la victoria. Cuando reciba el mando, el próximo 10 de diciembre, Macri enfrentará la necesidad de consensuar en el Congreso, puesto que no tiene mayoría.
Las claves: entre la fuerza propia y la “ayuda” que llegaba desde la Casa Rosada
- Resultado del 25 de octubre. Al quedar a sólo tres puntos de Scioli en la primera vuelta, Macri se mostró como el verdadero vencedor de una elección que parecía que el oficialista podía ganar en primera vuelta.
- Acierto en el discurso. Macri se mostró más sólido que Scioli al presentar sus propuestas, especialmente luego de que el derrotado de anoche quedara inmerso en “la campaña del miedo” que generó la usina K.
- El fuego amigo contra Scioli. Cristina Kirchner nunca terminó de considerar al gobernador bonaerense como su candidato e irrumpió en la campaña más para defender su gestión que para apuntalarlo.
- Los votos de Massa. Resultaron determinantes para la ventaja que obtuvo Macri, incluidos los que en Córdoba fogoneó José Manuel de la Sota. Con Massa, anunciaron un pacto para trabajar en el plano legislativo.
El sube y baja
Mauricio Macri. Creció políticamente desde la ciudad de Buenos Aires. Se quedó con tres de los 4 mayores distritos.
Sergio Massa. El 20% que obtuvo en primera vuelta lo consolida para la etapa que se inicia en el justicialismo.
Daniel Scioli. No logró consolidar un discurso propio y se perdió en una defensa acérrima del gobierno kirchnerista.
Cristina Fernández. Su papel fue clave para la derrota de Scioli. Se cerró en sus militantes y nunca apoyó al candidato.
La carrera hacia la presidencia
Jugó todas las fichas a llegar al balotaje. Mauricio Macri no quiso un acuerdo previo a las Paso con Massa, previendo que el tigrense dividiría el voto peronista. El buen resultado en la primera vuelta (perdió por tres puntos) lo dejó mejor parado y obtuvo el guiño que le faltaba de Massa y De la Sota.
La primera vuelta era su chance. Daniel Scioli debió cargar con las “mochilas” K de Aníbal Fernández y Carlos Zannini. Le restaron chances para ganar en primera vuelta y luego se equivocó de estrategia al apostar a una defensa del modelo y sumarse a “la campaña del miedo”.
Fuente: La voz