Con poco juego, mucho roce, un par de jugadas polémicas y un final con escándalo por la bronca de todo Central por la actuación del árbitro Ceballos y el asistente Marcelo Aumente, Boca ganó 2-0 en Córdoba y levantó la Copa Argentina. «No perdimos, nos sacaron la final», resumió Coudet tras la derrota. Boca se puso en ventaja con un penal inexistente (la infracción de Ferrari a Peruzzi fue afuera) que aprovechó Lodeiro y amplió la cuenta en el epílogo con un tanto de Andrés Chávez, que apareció levemente adelantado. Los rosarinos ya estaban enardecidos con el árbitro por un gol anulado a Ruben cuando el partido estaba igualado sin goles.
El partido se vivió como una final desde el primer minuto. Salió mejor Boca, con Carlitos Tevez rompiendo líneas y desnudando algunos desacoples en la defensa rosarina. Pero Central devolvía los goles con contraataques veloces.
En la primera, Larrondo ganó por izquierda se metió en el área y se tiró en el cruce con el Cata Díaz.
La intensidad del comienzo fue decayendo con el correr de los minutos. Y como el pibe Cervi no aparecía en Central y Nico Lodeiro no se hacía manija en Boca el juego no aparecía. Todos corrían, pero nade hacía la pausa y ponía la claridad que hacía falta.
Recién a los 34 minutos, Boca se aproximó al arco de Mauricio Carante con un derechazo de Pablo Pérez que controló el arquero contra su poste derecho.
A los 37 minutos, llegó la primera gran polémica de la noche. Un centro bárbaro desde la derecha de Cervi, con rosca hacia adentro, para el ingreso de tres jugadores de Central (Ruben, Larrondo y Pinola) a la carrera. Ruben ganó de arriba y la mandaba a guardar con un cabezazo genial, al ángulo, pero el asistente Marcelo Aumente lo anuló por posición adelantada.
En la segunda parte, Boca salió un poquito mejor y, cuando todavía se estaban midiendo, llegó la segunda gran polémica, que abrió el marcador. y rompió la final. A los 8 minutos, Peruzzi encaró por derecha y se filtró en diagonal. Ferrari, que había ingresado por Villagra, lo agarró de la camiseta antes de que el lateral de Boca ingresara al área y el árbitro Ceballos cobró penal. Lodeiro aprovechó el regalito (toque certero contra el palo derecho del arquero) y el equipo de Arruabarrena se puso arriba.
Desde ese momento, ya nada fue igual. Central perdió la paciencia y Boca apostó a la contra. Enseguida lo tuvo Marco Ruben, con un cabezazo exigido que obligó a una atajada espectacular de Orion. Y poco más.
Cuando el partido ya se moría y Arruabarrena metía a Rolín por Lodeiro para cerrar el resultado, llegó la contra letal para el segundo de Boca. Corrió Meli solito por derecha, tocó al medio para Chávez (que parecía un paso adelantado) que la empujó al gol.
Central terminó desencajado contra el árbitro y el asistente. El Chacho Coudet, que había sido expulsado en el primer tiempo por el gol anulado a Ruben, entró al campo de juego y todos los jugadores (Pinola se fue expulsado en el cierre) le apuntaron a los jueces en un cierre escandaloso.
Fuente: Clarín