Francisco pronunció unas breves palabras de cierre de su gira por la isla en la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción y afirmó: «Tengan memoria de los abuelos, a quienes les mando un gran saludo y les pido que no los descuidemos, porque son nuestra memoria viva».
«Y mirando hacia adelante, a los niños y los jóvenes que son la fuerza de un pueblo», destacó y añadió: «Un pueblo que cuida a sus abuelos, a sus chicas, a sus chicos y a sus jóvenes tiene el triunfo asegurado».
El pontífice se reunió en la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción de Santiago de Cuba con decenas de familias que lo esperaban en lo que será la última actividad de su gira por la isla antes de partir a Estados Unidos, en el marco del restablecimiento de las negociaciones entre ambos países.
«La familia nos salva de dos fenómenos actuales: la fragmentación y la masificacion; en ambos casos, las personas se transforman en individuos aislados fáciles de manipular y de gobernar», sostuvo Francisco.
Es que «sociedades divididas, rotas, separadas o altamente masificadas son consecuencia de la ruptura de los lazos familiares», planteó previamente, en un discurso que dio dentro del santuario con familias que lo esperaban allí.
El pontífice arribó a la catedral y se mezcló entre decenas de familias con pequeños niños, y luego de unas palabras de recibida de un joven, Francisco pidió a los presentes «darle un gran saludo a nuestro hermano que cumple 36 años».
En tono coloquial y saliéndose de su discurso, comentó: «Se me viene una imagen de la audiencia de los miércoles (en el Vaticano) cuando me viene a saludar la gente, y hay tantas mujeres que me muestran la panza y me piden si se las bendigo».
«Yo les voy a proponer algo, todas aquellas mujeres que están embarazadas de esperanza -porque un hijo es esperanza-, que en este momento se toquen la panza, las que están escuchando por radio o televisión, y a cada chico que está ahí adentro esperando les doy la bendición y les deseo que salgan sanitos», dijo.
Luego de la emotiva actividad, Francisco salió a las puertas de la Catedral para bendecir la ciudad de Santiago de Cuba, la tercera y última de su visita por ese país caribeño, y les dijo a los presentes que se la dará con «una condición, van a tener que pagar algo: les pido que recen por mí, esa es la condición. Adiós y gracias».
Fuente: Télam