Tras el cierre de la frontera con Hungría, desde donde ya dejó de recibir refugiados, Austria se prepara para afrontar un cambio en la ruta utilizada por los migrantes en su camino a Europa occidental, con controles por parte de la policía en su frontera sur con Eslovenia.
Sin embargo, los controles en la frontera con Hungría se mantendrán por el momento. Desde allí prácticamente no ingresan ya refugiados, informó la agencia de noticias DPA.
La prioridad es el abastecimiento y la seguridad de las personas, dijo Mikl-Leitner. Todo el que quiera solicitar asilo podrá hacerlo, pero la gente debe saber que Austria no puede aceptar flujos migratorios ilimitados, indicó.
La crisis migratoria vivió a comienzos de septiembre su punto más dramático en Hungría, precisamente cuando miles de refugiados decidieron ir desde Budapest a Austria, un trayecto de 200 kilómetros, a pie.
Las autoridades austríacas anunciaron hoy que en los dos últimos días se registró una fuerte subida de peticiones de asilo, coincidiendo con la introducción de controles fronterizos por parte de Alemania.
Unas 850 personas pidieron asilo en Austria desde ayer, mientras que durante la fase «vía libre» desde Hungría hasta Alemania en los anteriores días eran solo unas pocas decenas.
En total, la república alpina ya cuenta este año con más de 50.000 solicitudes de asilo y las estimaciones oficiales hablan de otras 35.000 más en el resto del año.
De esta forma, Austria asumirá este año más asilados que Alemania (en una comparación per-cápita), aunque menos que Suecia.
Entre tanto, unos 2.000 refugiados, que esperaban ser trasladados desde la estación de Salzburgo hasta Alemania, salieron hoy a pie en dirección a la cercana frontera austro-germana, después de que las autoridades alemanas suspendieron el tráfico ferroviario en ambas direcciones.
Así lo informó la emisora pública austríaca ORF, que añadió que de este modo los refugiados pretenden adelantar su llegada a Alemania, luego que el tráfico entre ambas naciones se ralentizó considerablemente desde que las autoridades de ese país introdujeran esta semana controles en la frontera con Austria.
Desde entonces, se producen a diario kilométricos embotellamientos en las autopistas que unen ambos países ante la incesante llegada de refugiados desde otras partes de Austria, informó la agencia de noticias EFE.
Desde la ciudad de Salzburgo a la frontera alemana, en la localidad bávara de Freilassing, son ocho kilómetros de distancia.