«Ya sólo confío en el Papa. Me duele no haber tenido agallas para denunciar antes. Me duele que durante todos estos años en los que no fui capaz de denunciar han seguido abusando de chicos y chicas. Yo ya no tengo miedo. Eso sí, me han quedado secuelas». Las palabras brotan de la boca de una de las presuntas víctimas de abusos sexuales en una organización de eclesiásticos y laicos nacida en Barcelona y extendida por todo el mundo, pero con mucha presencia sobre todo en los Estados Unidos, América Latina y África.
El papa Francisco sugirió ahora la publicación de un dossier con un sinfín de casos de»esclavitud sexual» dentro de la Comunidad Misionera de San Pablo Apóstol y de María Madre de la Iglesia (MCSPA, por sus siglas en inglés), de acuerdo con lo que publicó el diario español El País. Sus fundadores ya fueron castigados por el Arzobispado de Barcelona en 1995.
Paulino, que no quiere revelar su identidad y por esto utiliza este nombre ficticio, tiene 36 años. Es una de las víctimas. «He sido esclavo laboral y sexual de un grupo de depravados, encubierto por jerarcas de la Iglesia –asegura–. En los tres años que estuve en la misión de Nariokotome, en Kenia, me trataron como una bestia de carga. Éramos unas 30 personas, y a la esclavitud laboral se añadía la esclavitud sexual. Nos decían que la vida sexual activa es algo que Dios quiere y que también quiere que vayamos desnudos porque desnudos nos creó. Ayúdeme, Francisco. Ponga un poco de alivio en mi alma rota. No permita que otros muchachos sigan pasando por este infierno».
Fuente: Infobae