«Todos nos damos cuenta de que este Gobierno no tiene en este momento la mayoría para que pueda aplicar sus políticas. Esto, ya de por sí, es un obstáculo importante», afirmó la portavoz del gabinete griego, Olga Yerovasili, en la emisora de radio Atenas 984.
Yerovasili aseguró que en los próximos diez días establecerá una hoja de ruta para llegar, al menos, hasta la primera evaluación del rescate prevista para octubre, y que la preocupación de la coalición Syriza se centra en la «minoría que eligió algo diferente».
La portavoz se refirió así a los hasta 47 diputados izquierdistas que repudiaron el rescate en la votación del viernes pasado en el Parlamento.
Los más duros amenazan con partir la coalición y exigen el repudio del acuerdo para que Grecia salga del euro y retorne al dracma, una opción que, a juicio de la mayoría del partido de gobierno, provocaría una catástrofe.
Yanis Varoufakis, ex ministro de Finanzas y uno de los más moderados de los opositores, afirma que el programa está condenado al fracaso.
El ministro de Estado, Alekos Flaburaris, se mostró a favor de llamar al voto de confianza al primer ministro, pese a que la prensa local especula con que el gobierno puede tratar de evitarlo aprovechando el receso estival del Parlamento.
En declaraciones a la televisión privada Mega, Flaburaris precisó que en caso de tener lugar, la moción de confianza a Alexis Tsipras buscaría el apoyo de los miembros de la coalición gubernamental, formada por el izquierdista Syriza y los nacionalistas conservadores Griegos Independientes.
Yerovasili señaló que en los próximos diez días el Ejecutivo establecerá una hoja de ruta con los pasos a seguir, apuntó la agencia de noticias EFE.
La portavoz precisó que el gabinete tiene la vista puesta, primero, en la aprobación del rescate por parte de los parlamentos europeos que tienen que ratificarlo entre hoy y mañana y, después, en llegar a la primera evaluación del programa, prevista para octubre.
Conforme a lo acordado con los prestamistas, el compromiso de reestructuración de la deuda está condicionado a que en la primera revisión haya resultados que los acreedores consideren positivos.
Yerovasili destacó que con la composición actual del Parlamento no se puede aplicar este programa, lo que implica de hecho admitir que las elecciones anticipadas son inevitables, como siempre que el Ejecutivo pierde la confianza del Parlamento.
Flaburaris señaló que el Gobierno «no quiere elecciones», pero si se ve obligado a recurrir a ellas, lo hará «tan pronto como sea posible» e incluso avanzó que sería «en 25 días» a partir de la convocatoria.
La prensa local, citando fuentes gubernamentales, asegura que Tsipras convocará el voto de confianza después del 20 de agosto, en que está previsto que Grecia reciba el primer desembolso del rescate, unos 13.000 millones de euros.
Ese dinero se usará para saldar deudas de vencimiento inmediato.
Entretanto, el gobierno griego ya cerró la primera privatización prevista en el paquete de ajuste impuesto por el eurogrupo.
Según el anuncio, publicado en el boletín oficial el 13 de agosto, catorce aeropuertos regionales de Grecia pasan a manos de la empresa Fraport, que maneja el principal aeropuerto de Alemania, el de Breitling en Frankfurt, y está hoy en el centro de una polémica por sospechas de desaprensión ambiental.
La concesión incluye, entre otros, el de Salónica (segunda ciudad del país), y los turísticos de Corfú, Rodas, Kos, Samos, Mikonos, Santorini y Skiathos en las islas del Egeo, informó la Deutsche Welle.
Fraport y un socio local, Copelouzos, estuvieron a punto de apoderarse de los aeropuertos griegos antes de la llegada de Syriza al gobierno. Recién ahora, gracias a la presión de los acreedores de Grecia, pudo hacerlo el operador germano.
Fuente: Télam