El malecón habanero, frente al gran edificio de la embajada estadounidense, fue anoche escenario de un concierto organizado por la Unión de Juventudes Comunistas de Cuba para esperar, en el primer minuto de hoy, el comienzo del cumpleaños 89 del líder revolucionario.
Fue una forma de mantener ocupado para los intereses cubanos un lugar donde durante años se organizaron actos para repudiar las políticas de los Estados Unidos, se tratara de la extensa pelea por la liberación de los cinco agentes cubanos detenidos y condenados en ese país o de la controvertida repatriación del balsero Elián González, en 2006.
Y Castro acompaña hoy la maniobra con un artículo en el que asegura que EEUU mantiene una deuda «millonaria» con Cuba por los daños producidos por el embargo comercial impuesto en octubre de 1960.
Por el lado estadounidense, donde el gobierno de Barack Obama mantiene una dura disputa interna, sobre todo con el Partido Republicano, que rechaza de plano reabrir las relaciones diplomáticas con la isla, ya anticiparon que en su visita de mañana el secretario de Estado no se limitará a izar la bandera.
Kerry se reunirá con disidentes cubanos durante su visita a La Habana y pondrá énfasis en su preocupación respecto de los derechos humanos en su conversación con el gobierno de Cuba, según informaron fuentes oficiales estadounidenses.
Tras la ceremonia de reapertura de la embajada de Washington en La Habana, prevista para mañana, el jefe de la diplomacia estadounidense se reunirá con el canciller cubano, Bruno Rodríguez, con quien ofrecerá después una conferencia de prensa.
Luego habrá un acto en la residencia del encargado de negocios, Jeffrey DeLaurentis, al que asistirán «miembros de la sociedad civil, incluidos disidentes», y Kerry intentará hablar con «el mayor número posible» de ellos, dijo una alta funcionaria estadounidense.
La funcionaria, que habló con periodistas bajo condición de anonimato, según consignó EFE, no confirmó qué disidentes acudirán a esa ceremonia, a la que también asistirán empresarios, representantes de medios de comunicación y otros ciudadanos cubanos.
No obstante, varios disidentes confirmaron a la misma agencia en La Habana que han sido invitados a la reunión, entre ellos, la líder de las Damas de Blanco, Berta Soler; Elizardo Sánchez, de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), Miriam Leiva, Antonio González-Rodiles o Manuel Cuesta Morúa.
En cambio, a la ceremonia oficial en la embajada estadounidense no asistirá ningún disidente, algo que la funcionaria justificó en que «se trata principalmente de un acto entre gobiernos» y por cuestión de espacio, ante el interés de tanta gente por presenciar la primera visita a Cuba de un secretario de Estado de EEUU en 70 años.
La funcionaria no proporcionó cifras de invitados a los dos actos, pero aseguró que habrá «probablemente el doble» de asistentes en la ceremonia en la residencia de DeLaurentis que en la oficial en la embajada, y que muy pocos invitados podrán acudir a ambas.
Kerry por otra parte, aseguró ayer que «los derechos humanos estarán en lo más alto» de su agenda a la hora de definir «los primeros asuntos que se abordarán en la relación directa con el Gobierno» cubano, tras el restablecimiento de lazos diplomáticos el pasado 20 de julio.
«Me sentaré con mi homólogo (cubano) cuando esté allí el viernes, hablaremos muy directamente sobre una hoja de ruta hacia una normalización real y completa», aseguró Kerry en una entrevista con el diario Miami Herald y la cadena de televisión CNN en español.
Para que esa normalización sea completa el Congreso estadounidense debiera aprobar el levantamiento del embargo, cosa bastante improbable por el momento.
El líder revolucionario Fidel Castro, quien hoy celebra sus 89 años de vida, se reservó, como es su costumbre, una jugada extra, y en un artículo que publica hoy en la prensa cubana le recordó a Kerry pocas horas antes de su histórico arribo a La Habana que EEUU «adeuda a Cuba las indemnizaciones equivalentes a daños, que ascienden a cuantiosos millones de dólares» por el embargo de más de 50 años.
En el texto, titulado «La realidad y los sueños», Castro asegura que Cuba no dejará nunca de «luchar por la paz y el bienestar de todos los seres humanos, con independencia del color de la piel y el país de origen de cada habitante del planeta».
Fuente: Télam