El presidente Mauricio Macri pidió al empresariado argentino «el máximo esfuerzo» para cuidar el empleo, les reclamó que pongan «el hombro» e inviertan, al tiempo que vaticinó que «el segundo semestre va a bajar drásticamente la inflación», aunque «en la transición», les dijo, que tengan «responsabilidad con los precios».
En un discurso de casi 14 minutos ante un centenar de los principales empresarios, reunidos en la quinta presidencial de Olivos, el jefe del Estado dijo que él va a preparar el terreno para que ellos «metan los goles», pero en esa línea los convocó a ser «el motor de ayuda» que necesita el Gobierno para sobrellevar «una inflación del 700 por ciento», registrada durante la gestión kirchnerista.
Además, con la compañía de casi todo el gabinete nacional, Macri recordó que un año atrás le habrían dicho que estaba «loco», si se pensaba en un país como el de hoy, en el que «se liberó el cepo al dólar, se salió del default y se bajó la emisión monetaria».
El jefe de Estado exhortó a los empresarios también a sentarse «en una mesa» con los líderes sindicales «para que haya trabajo» en la Argentina
En el inicio de su discurso, Macri expresó que «esta es una etapa en la que la Argentina vuelve al mundo, pero con reglas creíbles» y para ello tiene «un Gobierno facilitador, que acompañará a quienes quieren generar trabajo».
Sin embargo, remarcó que «no se puede hablar de esta nueva etapa» sin «recordar de dónde venimos para entrar en esta etapa», a la que calificó de «transición».
Así, dijo que tenía que ser «sincero» porque si «en abril de 2015, se proyectaba que para esta época se iba a terminar con el cepo y el default e iba a estar «liberado del comercio e íbamos a ser uno de los países más demandados» nadie le iba creer.
«Sin duda me hubiesen tildado de loco», reafirmó el jefe de Estado, y valoró que no obstante «lo hemos logrado tomando muchas decisiones, algunas muy dolorosas» pero, a la vez, apuntó que «había mucha gente que la venía pasando mal» y por eso había que «sincerar la economía y crear las herramientas» para otro tipo de país, porque «la Argentina necesitaba de la presencia del Estado».
En ese plano, enumeró que el sábado pasado «lanzamos un paquete de ayuda social por más de 30.000 millones de pesos» que beneficia a jubilados, pensionados, monotributistas y a quienes perciben la Asignación Universal por Hijo.
«Por qué hemos hecho esto, porque queremos que todos los argentinos crucemos ese puente, al que Invité a construir, entre la Argentina que somos y la que podemos ser», sostuvo el Presidente.
Más adelante, aseguró que ya se empiezan a observar «empleos de calidad» y evaluó que «hay que valorar lo que hizo el Gobierno con el ministro de Hacienda (Alfonso de Prat Gay) a la cabeza» como «haber salido de años de conflictos financieros con el mundo» lo que «provocó pérdidas de puestos de trabajo, estancamiento para la Argentina».
«Lamentablemente también encuentro dudas -reflexionó luego Macri-, hoy acá hay que gente que puso primera y otra que está dudando, y este es nuestro país» y la «manera que tienen ustedes de luchar, es invirtiendo».
«Eso es lo que necesita la Argentina de cada uno de ustedes, que ponga al hombro, la ayuda que necesitamos», insistió el mandatario.
En otro tramo de su discurso, describió una serie de inversiones que se registraron en los últimos días, como de las empresas Toyota y Bridgestone, cuyos empresarios destacó porque «creen en la capacidad de los argentinos», como asimismo de Coto que «anunció 3.500 millones de inversión y más de 2800 puestos de trabajo».
Al respecto, rescató el Presidente que «el campo ya arrancó, cree en lo que se está haciendo» y reiteró que «este es un momento que requiere que los argentinos pongamos lo mejor de cada uno» y, mirando fijamente a los empresarios, les reclamó que «tengamos grandeza y responsabilidad, como lo tuvo la política, al haber sancionado» las leyes que permitieron la salida del «default».
Algunos de los empresarios que estuvieron por Olivos fueron, entre otros, Aldo Roggio, Cristiano Rattazzi, Carlos Bulgheroni, Luis Pagani, Paolo Rocca y Sebastián Bagó.
Macri admitió que «ha habido aprendizaje de nuestro errores» y sostuvo que lo mismo advirtió de los líderes sindicales, a los que recibió la semana pasada en Olivos.
«Como dije en campaña, es aquí y es ahora», aseveró y agregó que «es nuestro lugar y solamente si cada pequeña empresa se transforma en una mediana y gran empresa el país va a crecer».
«Esto de la responsabilidad es muy importante» en «en esta transición, primero, por el cuidado de los empleos», acotó el jefe de Estado, y analizó que «nos está afectando la crisis en Brasil pero Brasil se va recuperar, por eso tenemos que cuidar ese recurso humano, y hacer el máximo esfuerzo para cuidar a nuestros empleados».
En ese punto, expresó que «reconociendo que la inflación es responsabilidad primara del Gobierno» y en ese camino » hemos reducido la emisión monetaria», volvió a prometer que «en el segundo semestre vamos a bajar drásticamente la inflación», pero en el «mientras tanto» les reclamó a los empresarios ser «responsables con los precios», aunque les recordó que el país viene de «una inflación de 700 por ciento acumulada» y de un «Estado incapaz, lleno de desidia y con corrupción».
«Tenemos que cuidar este momento, valorando la oportunidad que tenemos, siendo responsables de tanta gente que depende de todos nosotros», insistió, y afirmó que ya «hay gente que ha lanzado sus inversiones».
Finalmente, se lanzó a la arena del fútbol como a él le gusta y les aseguró a los empresarios que les prepararía la cancha, le cortaría el pasto y pondría los postes para el arco, pero les enfatizó que son ellos los que «tienen que meter los goles» para que «tengamos pobreza cero en nuestro país».
Fuente: Télam