Prat Gay precisó a radio Mitre que con el acuerdo por el pago por U$S 12.500 millones, «se logró una quita de 38%, lo que no se puede comparar con una reestructuración de deuda», como las que se hicieron en 2005 y 2010.
En esa oportunidad, entre capital e intereses, la Argentina obtuvo una quita de 70%, la más grande que se haya visto en una operación de este tipo a nivel mundial.
«Aún los que decían que no era ventajoso para Argentina, terminaban reconociendo que era superior a la situación actual», indicó el ministro, quien puntualizó: «No vamos a hacer quita de capital, pero vamos a ser muy duros con los intereses. Encaramos un fallo firme y logramos una quita de 38%, lo que no se puede comparar con una reestructuración voluntaria de deuda. Acá había fallos y sentencias complicadas».
Así remarcó que «pocos se imaginaron que en tan poco tiempo íbamos a conseguir una quita tan grande», cuando precisó que la Argentina tenía «la cancha inclinada».
«Argentina era mala palabra y cualquier cosa que pidiésemos iba a gatillar del lado de ellos un montón de condiciones», indicó el jefe del Palacio de Hacienda, quien evaluó que el litigio con los buitres «era una piedra en el zapato para que la Argentina se integrase al mundo».
A su criterio, «era importante hacerlo lo más rápido posible», y estimó que «ahora empieza el partido, esto nos permite entrar a las gateras».
Además, aseguró que «no hay aumento de deuda», sino que «hay simplemente un cambio de acreedor».
«Ahora viene un proceso que tenemos que aprovechar para captar inversiones y evitar el ajuste, y para recuperar todas las inversiones en infraestructura que no se han hecho en los últimos años. Tenemos que ir afuera porque el mercado es muy pequeño. La alternativa a esto hubiese sido un ajuste brutal», advirtió Prat Gay.
Fuente: Télam