«Las cláusulas de confidencialidad son habituales en contratos de petroleras. Me informé mejor sobre el contrato y por eso cambié de opinión», se justificó hoy la funcionaria nacional.
En una entrevista por radio Continental, Alonso dijo que al leer los argumentos emitidos por la petrolera estatal le parecieron «muy profundos» y «que justifican la confidencialidad».
«Es importante tener conciencia de qué compañía es YPF. Los contratos de petroleras tienen cláusulas de confidencialidad”, reconoció y argumentó que “hay secretos de tipo científico y tecnológico que deben ser resguardados para el desarrollo de este tipo de industria».
«Las cláusulas de confidencialidad son habituales en los contratos de petroleras en todo el mundo. Revelarlas podría ser grave”, explicó.
Alonso admitió también que “probablemente antes no tenía la suficiente información” y rechazó que haber modificado su opinión sea “bochornoso”.
“¿Por qué es bochornoso informarse, aceptar que hay un visión distinta y modificar una opinión?”, insistió.
En este sentido, la funcionaria comentó que “nunca antes había tenido oportunidad de charlar con personal jerárquico de YPF. Ellos me convocaron y también al senador (socialista Rubén) Giustiniani, que no accedió y fue a los Tribunales con todo su derecho».
«Tiene que ver con la protección de secretos tecnológicos y científicos, porque Chevron ingresa con el 100 por ciento de riesgo petrolero,» remarcó.
El 10 de noviembre de 2015, cuando la Corte Suprema de Justicia de la Nación determinó que el acuerdo entre las dos petroleras debía difundirse, la entonces diputada señaló: “tomemos dimensión de la importancia del fallo, caen las caretas de la hipocresía K”.
Fuente: Télam