Barcelona, que lo consiguió por tercera vez (2009 y 2011, las anteriores), se aseguró una nueva copa en el año con goles de Lionel Messi, a los 36 minutos del primer tiempo, y un doblete del uruguayo Luis Suárez en el segundo tiempo, a los 4 y 23 minutos.
El año 2015 cerró con un balance de cinco títulos para el equipo ‘blaugrana’, que previamente había celebrado la Liga de España, la Copa del Rey, la Liga de Campeones de Europa y la Supercopa de Europa.
Para el equipo de Marcelo Gallardo, más allá del traspié sufrido ante la compañía de unos 15.000 hinchas ‘millonarios’ en Yokohama, también quedará en el recuerdo como la temporada de la tercera conquista de la Copa Libertadores, que esta vez no tuvo su correlato mundial como sucedió en 1986.
River estuvo lejos de lograr la hazaña pero redondeó una actuación digna ante acaso el mejor equipo de la historia del fútbol. Incomodó al conjunto catalán en los primeros diez minutos de juego a partir de una presión directa sobre sus marcadores centrales y el propio arquero chileno Claudio Bravo, lo que entregó un claro mensaje de no aceptar un rol secundario en el desarrollo del partido.
En ese lapso, Marcelo Barovero no tocó la pelota y a los europeos les costó establecer un circuito de pases frente a la concentración del rival para achicar y anticipar en todos los sectores de la cancha.
No obstante, la primera intervención de «Trapito» fue para salvar el cero a los 11 minutos cuando Messi ensayó una volea de zurda dentro del área, tras un magnífico pase entre líneas del ‘Cerebro’ Andrés Iniesta.
Desde entonces, Barcelona se acercó a su habitual versión de equipo dominador, paciente y punzante en cada combinación ofensiva, aunque River siempre mantuvo el control táctico con una actuación pareja de todos sus futbolistas.
Pasada la mitad del primer tiempo, la posición del conjunto de Gallardo retrocedió pero sin que ello significara un suicidio. A los 23 minutos, Barovero volvió a aparecer con una atajada en dos tiempos ante un disparo del lateral brasileño Dani Alves y diez minutos más tarde lo hizo para desviar un tiro libre del astro rosarino.
Durante ese pasaje del juego, algunos jugadores de Barcelona como Neymar, Sergio Busquets y Jordi Alba se molestaron por la aspereza de sus colegas ‘millonarios’, que mostraron mucha vehemencia en cada pelota dividida.
Al cumplirse los 36 minutos llegó la jugada que abrió el marcador. Messi ensayó un slalom por el centro, abrió a la derecha para Dani Alves, su compatriota Neymar bajó de cabeza su centro cruzado y Messi, después de desairar a Jonatan Maidana, acomodó la pelota junto al palo izquierdo. Antes de la definición, el balón rozó el brazo derecho rosarino pero el árbitro iraní Alizera Faghani no lo consideró intencional.
River sintió el impacto emocional del gol y antes del descanso pudo quedar 0-2 de no mediar una definición imperfecta de Suárez, después de un pase quirúrgico en profundidad de Messi. Pero el uruguayo tuvo su revancha a los 4 minutos del segundo cuando marcó finalmente el segundo mano a mano con Barovero en el primer error defensivo del conjunto argentino, cuya última línea quedó expuesta por un pase largo de Busquets.
Ese tanto desarticuló las intenciones del equipo de Gallardo, que había apostado a los ingresos de ‘Lucho’ González y Gonzalo ‘Pity’ Martínez en el inicio de la parte final para intentar una recuperación. Inmediatamente después del gol de Suárez, el ‘Muñeco’ buscó una reacción con Sebastián Driussi por Viudez.
Cómodo en el tanteador, Barcelona se desplegó a sus anchas y coqueteó con el tercero en un aluvión de llegadas durante los diez minutos siguientes. Lo tuvieron Messi, Suárez y Neymar en momentos que River lucía desbordado por una clara superioridad futbolística.
Por repetición entonces, maduró la goleada a los 23 minutos cuando Neymar colocó un centro milimétrico para que Suárez le cambiara el palo a Barovero y se afianzara como el máximo goleador con cinco tantos y Balón de Oro del torneo.
Con un margen de tiempo apreciable, Barcelona tuvo servida la posibilidad de una goleada aún mayor, que si no se dio fue por responsabilidad de un Neymar empecinado en acciones individuales para conseguir su gol en la final.
River intentó protegerse para evitar una derrota más abultada y cuando su rival bajó intensidad, buscó con vergüenza el tanto del honor, que casi se da con un tiro de ‘Pity’ Martínez al palo. En el final, con el partido ya en modo ‘stand by’, los hinchas argentinos reconocieron el mérito de haber llegado al partido más deseado con un aliento conmovedor.