El seleccionado argentino de fútbol, con mal de ausencias por lesiones y cuestiones personales de varios titulares, irá al estadio Defensores del Chaco con la difícil misión de recuperar los puntos perdidos el pasado jueves en el estadio Monumental ante Ecuador, con el objetivo de llegar mejor posicionado a los próximos dos juegos de Eliminatorias mundialistas Sudamericanas ante Brasil y Colombia.
El encuentro entre los seleccionados dirigidos por Ramón Díaz y Gerardo Martino se iniciará a las 21, de Argentina, y contará con el arbitraje del uruguayo Andrés Cunha.
La gran preocupación de Argentina fue hasta el pasado partido con los ecuatorianos (0-2) la ausencia de su capitán, Lionel Messi, un irreemplazable, algo que en ese cotejo se notó más que nunca, pero después de ese partido la cuestión se agudizó.
Es que el saldo de ese encuentro, además de la derrota, fueron los desgarros de Sergio Agüero y Lucas Biglia, a lo que se sumó en la víspera la situación personal del primer zaguero central Ezequiel Garay, que debió partir de urgencia rumbo a los Estados Unidos por la perentoria obligación legal de tener que estar presente en el nacimiento de su hija, Shaila, que se produjo el lunes mediante el método de vientre alquilado.
La falta de estos tres futbolistas más la devolución de su puesto de lateral derecho a Pablo Zabaleta en lugar de Facundo Roncaglia provocarán que el «Tata» se vea forzado a realizar cuatro variantes respecto del juego anterior, aunque siempre fiel a sus convicciones de que «la idea no se negocia».
Agüero, que ya volvió a Inglaterra, dejará su lugar a Carlos Tevez, que justamente lo había reemplazado a los 21 minutos del primer tiempo y jugará «de nueve», tal y como lo quiere y lo ve mejor el entrenador argentino, mientras que por Biglia estará Matías Kranevitter, aunque en este caso Martino lo ve más como sucesor que como ladero del ahora capitán Javier Mascherano.
Y en cuanto a Garay, en vez de optar por Martín Demichelis el técnico eligió realizar una rotación de piezas, moviendo a Nicolás Otamendi de segundo a primer marcador central y colocando en su puesto a un zurdo como Ramiro Funes Mori.
Poco amigo de realizar modificaciones, y sobre todo después de una derrota, Martino le respetará el lugar de lateral izquierdo a Emmanuel Mas, con apenas un puñado de prestaciones en el equipo nacional, pese a que lo hecho por el relevo del también lesionado Marcos Rojo ante Ecuador haya dejado muchos interrogantes.
La duda que había surgido en la víspera respecto de la situación de Javier Pastore, por su ausencia entre los 11 titulares que jugaron un partido frente a los «sparrings» del seleccionado sub 17 que dirige Miguel Angel Lemme, se disipó en la práctica matutina del lunes, cuando el enganche del París Saint German volvió a estar en su puesto para seguir dándole forma al 4-2-1-3 habitual que propone para Martino en cada encuentro.
Por lo tanto, la única duda que se le plantea al rosarino por estas horas es si continuar con Angel Correa como titular por izquierda para que el otro Angel, Di María, vuelva a arrancar por derecha, o colocar por este lado a Ezequiel Lavezzi y que el flamante jugador del París Saint Germain pase al otro costado del ataque, como lo hace cuando Messi está en el equipo.
Tres variantes forzadas, otra para respetar la titularidad de Zabaleta y la restante por una cuestión puramente estratégica, ya que Correa fue de lo mejor de Argentina en la olvidable e inolvidable noche del jueves 8 de octubre en cancha de River Plate, son las cuestiones que pondrá en juego el «Tata» frente a un equipo como el del «Pelado» Díaz con el que vivió dos situaciones totalmente contradictorias durante la pasada Copa América de Chile.
En el debut en esa competencia el conjunto argentino arrasó a la «Albirroja» en el primer tiempo, que terminó ganando por 2 a 0 pero la diferencia podría haber resultado mucho mayor. Y después, en semifinales, ese predominio albiceleste se trasladó a 80 de los 90 minutos de juego, con excepción de los últimos 10 de la etapa inicial, cuando los paraguayos descontaron por intermedio de Lucas Barrios. Por el antes y el después de eso, Argentina terminó goleando 6 a 1.
El «agujero negro» se produjo durante los segundos 45 minutos del partido inaugural de la fase de grupos, cuando Paraguay, perdido por perdido, quebró a Argentina colocando dos líneas de cuatro, pero prescindiendo de la transición de mitad de cancha para emparejar delanteros con defensores y prodigarse con el retroceso rápido.
Esta propuesta de Ramón Díaz sorprendió y desequilibró a Argentina, al punto que logró empatarle 2-2 y con ello aparecieron los primeros fantasmas de la era Martino, que después se fueron disipando a medias en los sucesivos encuentros, hasta que otra vez la táctica de un compatriota, en este caso Jorge Sampaoli, volvió a ponerlo en discusión al rosarino en la final con Chile.
Los paraguayos no tuvieron un buen rendimiento tampoco en la jornada inaugural de estas eliminatorias, pero al menos se trajeron para Asunción un valioso y postrero triunfo por 1 a 0 sobre Venezuela en Puerto Ordaz.
Ahora, con la urgencia argentina y la mayor tranquilidad «guaraní», algo impensado antes de comenzar esta etapa clasificatoria para el Mundial de Rusia 2018, la sapiencia y el conocimiento que se tienen los entrenadores seguramente jugarán una partida de ajedrez en la que, por imperio de las circunstancias, quizás las «tablas» no serían mal vistas por ninguno de los dos «trebejistas».
Argentina llegó en la noche del lunes, poco antes de las 21, a la capital paraguaya, donde hoy se encontrará ante un colmado Defensores del Chaco, seguramente mucho más «caliente» que el bastante despoblado Monumental del pasado jueves. Tan frío que, por estas horas, ya se analiza en AFA cambiar el escenario para el próximo cruce con Brasil, que contará además con la vuelta de Neymar. El lugar elegido: Mario Kempes, de Córdoba.
Fuente: Télam