El pontífice habló en inglés tras llegar a la casa de gobierno a bordo de un Fiat 500 y varios minutos después de lo programado, ya que previo a su arribo decidió alargar su recorrido por las calles de la ciudad y saludar a la gente que desde la madrugada permanecía en los alrededores para tener la oportunidad de verlo pasar en el papamóvil en horas del mediodía.
“Los católicos estadounidenses, junto con sus conciudadanos, están comprometidos con la construcción de una sociedad verdaderamente tolerante e incluyente, en la que se salvaguarden los derechos de las personas y las comunidades, y se rechace toda forma de discriminación injusta”, manifestó el pontífice en su discurso.
También se refirió al problema medioambiental e indicó que “es evidente que el cambio climático es un problema que no se puede dejar a la próxima generación”.
“Con respecto al cuidado de nuestra ‘casa común’, estamos viviendo en un momento crítico de la historia. Todavía tenemos tiempo para hacer los cambios necesarios para lograr un desarrollo sostenible e integral, pues sabemos que las cosas pueden cambiar”, agregó en clara referencia a su encíclica ‘Laudato si’.
“Estos cambios exigen que tomemos conciencia seria y responsablemente, no sólo del tipo de mundo que podríamos estar dejando a nuestros hijos, sino también de los millones de personas que viven bajo un sistema que les ha ignorado”, manifestó.
Además, Francisco citó al luchador por los derechos de los afroamericanos, Martin Luther King, al decir que “podríamos decir que hemos incumplido un pagaré y ahora es el momento de saldarlo”.
Por último, el líder de la Iglesia Católica subrayó que le gustaría que los estadounidenses “apoyaran las iniciativas de la comunidad internacional para proteger a los más vulnerables de nuestro mundo y para suscitar modelos integrales e inclusivos de desarrollo, para que nuestros hermanos y hermanas en todas partes gocen de la bendición de la paz y la prosperidad que Dios quiere para todos sus hijos”.
“Tengo puestas grandes esperanzas en estos días en su país”, le dijo Francisco a Obama para finalizar con el tradicional “¡Que Dios bendiga a América!”.
Por su parte, Obama señaló que “la emoción” por la visita del Obispo de Roma al país “debe ser atribuida no sólo” al rol de Francisco como Papa “sino a sus cualidades únicas como persona” y resaltó la gran cantidad de gente presente ese día en los jardines de la Casa Blanca para ver al pontífice.
“Nuestro patio no está normalmente tan lleno de gente”, bromeó el mandatario sobre los cerca de 20 mil invitados al evento, entre ellos Télam.
Obama hizo referencia también a Cuba, al agradecerle al líder del Vaticano “por su apoyo inestimable” en el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con el pueblo cubano luego de 54 años.
“Le agradecemos por su voz apasionada contra los conflictos mortales que devastan las vidas de tantos hombres y mujeres y niños, y su llamado a las naciones para que resistan las sirenas de la guerra y resuelvan las disputas a través de la democracia”, agregó el jefe de Estado.
Los presentes, que comenzaron a ingresar a los jardines de la sede de gobierno a las 5 de la mañana (cuatro horas antes de la hora convocada), festejaron casi la totalidad de ambos discursos con aplausos y flameando los banderines con las banderas de los dos Estados que entregaban al ingreso junto con un distinguido programa que llevaba el sello de la Casa Blanca.
Finalizados los discursos, los mandatarios llevaron adelante una reunión privada de cerca de 30 minutos y luego Obama le mostró a Francisco algunos sectores del famoso edificio.
Cerca del mediodía, Jorge Bergoglio continuará su agenda con una recorrida por una parte del centro de la ciudad en el papamóvil, visitará la catedral de Saint Matthew y cerrará la jornada con una misa en la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción, la más grande del país, donde canonizará al beato español Juníspero Serra ante cerca de 25.000 personas.
Fuente: Télam